lunes, 16 de septiembre de 2013

Carreras imaginarias que no pido que entendáis

Estaba bebiendo agua cuando una gota ha caído hasta mi pecho erizado por tu recuerdo y me ha recorrido el cuerpo entero en una especie de lucha con el tiempo, desafiándose mutuamente para ver cuál de los dos caía antes hasta mis tobillos. Curiosamente, cuando el maldito frío del agua me rozaba el tobillo derecho, el reloj se ha detenido, como cediendo la inminente victoria a la ilusión; y ahí es donde se ha demostrado que sí, que el tiempo vuela, pero que hay cosas que vuelan más rápido.

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